zwei

ASTA2 MUSEO DEL TORO ENMAROMADO EN BENAVENTE (ZAMORA)
enero 2011

volver

arquitectura

imagen de fondo
 
  • imagen 1
  • imagen 2
  • imagen 3
  • imagen 4
  • imagen 5
  • imagen 6
  • imagen 7
 

La unificación y equilibrio de tres conceptos (respeto, singularización y dinamismo), no sólo en el edificio sino también en su entorno, dan lugar a esta propuesta para el Museo del Toro Enmaromado de Benavente, que pretende ser un elemento revitalizador en la zona. La propuesta parte de las preexistencias: un volumen de marcada y sencilla geometría y unas limitaciones impuestas por la parcela sobre la que se asienta.

La configuración exterior del edificio debe encontrar necesariamente un equilibrio entre el respeto a esas preexistencias y la necesidad de ‘singularizar’ y ‘dinamizar’ un volumen cuya configuración actual es incapaz de adaptarse al nuevo uso que se plantea. Para encontrar este equilibrio, en el nuevo museo se aborda la propuesta desde dos vertientes que, aunque contrapuestas, son complementarias. Por un lado, se mantiene la posición en los huecos de la fachada, marcando, además de uno de los puntos de partida clave en la propuesta, una clara voluntad de respeto en cuanto a la recuperación de la base inicial del volumen existente. Por otro lado, el juego volumétrico planteado en las cubiertas y la combinación de éstas con la estructura de huecos que atraviesa el edificio siguiendo las pautas iniciales del volumen consiguen dinamizar y singularizar el excesivamente rígido volumen de partida.

En la distribución interior, debido a la dinámica de respeto a los huecos perimetrales del edificio, se centralizan todos los espacios auxiliares del edificio en un núcleo, liberando el perímetro exterior hacia el que se vuelcan los espacios públicos y representativos del museo.

La propuesta de urbanización no sólo complementa al edificio siguiendo la pauta base que define el hilo conductor de toda la propuesta (la estructura de huecos de fachada), sino que también pretende integrar en su planteamiento una estrategia de revitalización del área a través de una intervención mínima en el entorno inmediato del edificio. El nuevo museo se toma como foco regenerador de su entorno y el ritmo de sus huecos traspasa la realidad del edificio para formar parte también del espacio exterior circundante, intentando que la plaza planteada no sólo sirva de antesala a dicho museo, sino que además sea el instrumento que logre ‘coser’ y ‘entrelazar’ dos zonas cuyo desnivel actual supone una barrera importante, tanto a nivel urbanístico como a nivel de interacción social, y dando lugar con esta actuación a un ámbito de interés cultural y de ocio inexistente en la actualidad.