Escenas cotidianas y cercanas: tomar un café, una reunión con amigos,… son excusas perfectas para la exposición de una pequeña muestra representativa de la obra de Charles y Ray Eames. Un diseño con expresiones formales sugerentes y una tenue iluminación le dan a esas escenas cotidianas la singularidad que el stand expositivo necesita.
Las tres piezas planteadas no son más que partes de un itinerario que tiene como hilo conductor la obra de Charles y Ray Eames, buscando una nueva comunicación con el cliente y un juego recíproco entre producto y usuario, donde los visitantes descubren y participan en las creaciones de los Eames, interviniendo así en la exposición y haciéndose partícipes de la funcionalidad de los diseños expuestos.
El montaje expositivo busca, a partir de un volumen capaz limitado, encontrar una difusión de esa frontera impuesta a través de escenas semi-abiertas o semi-cerradas, donde los límites entre el interior de la escena y su exterior se confunden y de manera que el observador logre sentirse dentro de ellas, explorando la sensación de su escena cotidiana.